viernes, 20 de mayo de 2011

Y este es el final del mundo como lo conocemos.

Cayendo en cuanto lugar común hemos caído en estos días y parafraseando todo lo parafraseáble (parafrasear, bonita palabra) heme aquí, poniendo mi granito de arena a este momento, ya tan comentado y burlado en todos lados.

Así es, bienvenidos al post del fin del mundo.

Y es que como ya todos saben (si es que no viven debajo de una piedra), una secta de no sé donde con no sé qué intenciones hizo el impactante anuncio que mañana, Sábado 21 de Mayo de 2011, según las ya muy manoseadas y manipuladas escrituras, llegaría el juicio final, donde sólo un puñado de escogidos (ellos) ascenderían a donde habita la divinidad, dejando a los pecadores (el resto de nosotros) en un mundo sumido en caos, zombis apocalípticos, muerte, destrucción y cumbiaaa.

El que algún osado haya publicado sus cuentas alegres acerca del final de los tiempos no es nada nuevo. Desde los primeros días del cristianismo ya pululaba gente con esas ideas. Vamos, hasta Sir Isaac Newton en persona hizo su quiniela. Y que decir sobre los Testigos de Jehová, todos unos expertos en fallar sus pronósticos. Y así estos días nos han servido para repasamos toda la tinta que ha corrido sobre anticristos, jinetes, bestias y cosas que corresponden a un fin del mundo como Dios manda.

Así de seriecito como se ve también le entro al adivine. Le faltan como 500 años para saber si le atinó o no, por lo que le damos el beneficio de la duda.

 De lo más sano que me ha dejado esta plática (además de los chistes vía Facebook/Twitter) han sido las platicas “y tu harías sí”. Ya hablamos sobre lo primero que haríamos en esos momentos, de que humor estaría, con cuantas prostitutas pensaríamos hacernos compañía, que canción nos musicalizará ese bello y desastroso momento.

Me hizo reflexionar que ya hasta en esas cosas hemos cambiado. Ya no se hace a la usanza antigua cuando nuestro profeta calamitoso en turno se reunía en mitad del pueblo a proclamar sus amenazas mientras una turba de fanáticos dispuestos a todo lo seguía hasta encerrarse en una granja con consecuencias inimaginables. Ahora ya prescindimos hasta de ese tono de Mesianismo barato, ahora basta que alguien se ponga un poco fumado al leer la biblia, suba sus resultados a internet a esperar que algún loco adinerado gaste más de cien mil dólares en propaganda. Eso mas videos en youtube, entradas en facebook y tweets indiscriminados sobre el tema hacen el resto.

Ya hasta en eso hemos perdido estilo. Habremos varios que mañana nos quedaremos chiflando en la loma para saber de quién burlarnos cuando los pajaritos canten anunciando un nuevo día. No habrá a quien cargarle el fail correspondiente. Habrá eso sí mucha gente decepcionada porque, oh sorpresa, el mundo no se terminó y no hubo séquito de pecadores cuidando sus mascotas mientras entraban al cielo.

Al final, todo mundo es libre de creer en lo que sea, Ya sea en el apocalipsis de internet o en el Monesvol. Y si gustan creer en esas cosas pues adelante. Eso sí, pueden insultar mi intelecto todo lo que quieran con sus ideas, pero tampoco se pasen. Y ya aquí para cerrar el cliché, me dedico a escuchar esa cancioncilla de REM que ronda mi mente desde que me entere de estas noticias.

Y sí, me siento bien.

domingo, 15 de mayo de 2011

Casa Abierta

Si, tuvo que pasar mucho tiempo, tuve que aprender a hacer cosas, a vivir por mi mismo pues. Quizá fue algo apresurado, pero no por eso no salió mal. Al final faltó gente que me hubiera gustado que estuviera, pero estuvo gente con quien pude compartir este momento.

De las cosas que más he extrañado al estar aquí son a mis amigos. Cierto, no nos frecuentábamos mucho, no hacíamos tantas cosas como solíamos. No siempre los he buscado como ellos lo merecerían, pero sin embargo allí están. Nuevos y Viejos amigos. Y quien mejor que con todos ellos darle la patada inaugural a este sitio.

Si, fui el centro de las burlas y el objeto de odio, pero se les entiende. Y se les aprecia. Y se extrañan esas cosas, como no. Nuestro humor no podrá pasar de nerd, autorreferente y exageradamente simple, pero lo disfruté como pocas veces.

Ojalá se pueda repetir pronto, ojalá los que me faltaron estén, quizá en ese momento pueda escribir algo un poco mejor que esto, pero debo decir que no me gusta reseñar. Al menos no así. De todos modos puedo declarar oficialmente Casa Abierta, así que quien guste caer a esta su humilde “Casa de Perro de la azotea” o “Enorme espiral” como ya ha sido bautizada esta torra vigía, es absolutamente bienvenido.

¡Esta es su casa!