miércoles, 30 de mayo de 2012

Primeras Letras


Escoger qué libros son mis favoritos ha sido una tarea ardua. He tratado de reducirlo a al menos diez pero cada que veo mis libreros sale otro más levantando la mano. Trataré de no hacer demasiado extensa la cosa y empezaremos con los cinco primeros, sin un orden en especifico a excepción del primero que cronológicamente ocupa el primer lugar.

Un joven... -hagamos su retrato de una sola plumada-:
imaginaos a don Quijote a los dieciocho años;

Los tres Mosqueteros - Alejandro Dumas

Todo mundo tenía como héroes de la infancia a los personajes de comics o de caricaturas, mi primer héroe se llama D'Artagnan. Este libro fue el primero de los que heredaría de mis hermanas y de hecho es el primer libro completo que leí. Conocer a los tres mosqueteros a la tierna edad de siete años hizo que mi mente se llenara de fantasías y aventuras, además que me hizo enfrentarme a mis primeras ideas sobre sentimientos no tan infantiles como la muerte, la venganza o la infidelidad. De hecho la última parte del libro se torna sombría. A pesar de todo el tono romántico y juvenil que tiene la obra me enganchó desde el primer momento y me hizo aprender los valores de la amistad a toda prueba y de la fidelidad a una causa. El "uno para todos y todos para uno" me llegó de primera mano y sin necesidad de escucharlo por otro lado (pregunta de fanático: ¿cuántas veces en toda la saga se menciona la frase?) 



La foto que ven es justo ese viejo libro que leí. Mi madre tenía la costumbre de coser el lomo de los libros para evitar que se deshojasen. Esa edición rústica de la "Sepan cuantos" de Porrua también me enseñó que eran libros muy mal hechos y a la fecha sigo pensándolo y evitándolos. Leerlo era todo un sufrimiento con  esa maldita manía que tenían (ignoro si siguen teniéndola) de poner el texto a dos columnas en cada página. Pero a pesar de eso sigo disfrutando de releer mis pasajes favoritos en esa edición, a pesar de que ya tengo una edición bastante bonita y muy completa de toda la saga. Es mi mejor definición que tengo acerca de viajar a la infancia.

Siempre me imaginaba caminando por las calles de Paris reviviendo las aventuras de Athos, Porthos, Aramis y D'Artagnan y de hecho cuando estuve allí no deje de disfrutarlo y hablarlo. Me falta otro sueño no cumplido que es visitar la estatua que tiene D'Artagnan en Gascuña, pero ya habrá tiempo para eso.

La fórmula que había estado recitando, la primera de las dos, la que correspondía a la Cabeza de Dragón, al nodo ascendente...¡Dios bendito! ¿Podría ser...?

El caso de Charles Dexter Ward - H. P. Lovecraft

Por allí leí que la mejor edad para leer a Lovecraft era la adolescencia debido a que tu mente está aún propensa a imaginar y puedes desconectarte de la realidad más fácilmente. Yo quizá ya no era tan adolescente cuando me encontré al buen H.P. pero si tenía la suficiente imaginación como para quedar prendado y asustado. Mi primer contacto con él vino gracias a la canción "The call of Ktulu" de Metallica y casi de inmediato y gracias al juego de rol leería ese relato, "The call of Cthulhu". Desde que termine ese cuento sabía sólo una cosa: leer todo lo que el señor había escrito.



El "Dexter Ward" es una rara y magnífica excepción a la regla de Lovecraft, ya que en toda su obra sólo encontramos un par de novelas más o menos largas. Y si hay algo que este libro tiene es que reúne toda la experiencia y habilidad que a lo largo del tiempo Lovecraft venía adquiriendo. El ritmo es avasallador y frenético desde el principio, las imágenes y descripciones son detalladas a grados obscenos y a pesar de prácticamente no tener diálogos entre los personajes (algo muy de su estilo) está escrito de tal manera que una vez que lo comienzas no paras hasta llegar al final. Un final tan bien escrito y preparado que para mí es uno de los mejores ejemplos de cómo contar un relato.

Mi ejemplar es de las ediciones temáticas de Alianza Editorial. Para mí el ver uno de estos libros con el lomo en amarillo y el título en rojo es sinónimo de libros de terror, algo que por desgracia la editorial ha venido cambiando. A pesar de que lo he leído muchas veces es uno de esos libros que he cuidado demasiado y que hasta la fecha creo que no he prestado. 

Hoy ha venido el mensajero a traerme noticias del Imperio. Vino, cargado de recuerdos y de sueños, en una carabela cuyas velas hinchó una sola bocanada de viento luminoso preñado de papagayos.

Noticias del Imperio - Fernando del Paso

Otro de los libros-herencia. Puedo afirmar que mi gusto por la historia y en especial por la historia de México nació precisamente después de terminar las 668 páginas de Noticias del Imperio. Si mis cuentas no me fallan tendría 13 o 14 años cuando lo leí y me enseñó muchísimas cosas, más de las que mis padres podrían incluso desear de este tipo de libros.





Contado en forma novelada pero no como las novelas históricas baratas que ahora nos inundan, este libro cuenta de inicio a fin la breve historia del Segundo Imperio Mexicano, teniendo como centro y protagonista a Doña Carlota de Bélgica desde su locura. Entre las imágenes de locura de Carlota se van entrelazando historias de los protagonistas de la época, pequeños cuentos, análisis históricos de los pasajes más sorprendentes de la época, todo mezclado de tal forma que a pesar de ser un libro muy extenso quedas con las ganas de leer más y más. Mis dos pasajes favoritos son la historia del sitio de Puebla, no la batalla del cinco de mayo sino el sitio que los franceses impusieron en la ciudad después de dicha batalla y que duró más de siete meses y el episodio donde narran la increíble mala suerte que siguió a Maximiliano desde el sitio de Querétaro hasta después de muerto.

La edición que tengo es quizá de los libros que más me gustan. Es una edición en pasta dura, ilustrada, ahora ya algo difícil de conseguir. Desde que lo vi me enamoré de Carlota gracias al retrato que viene en la portada y que son de las cosas que más me encanta ver cuando visito el Castillo de Chapultepec.

Y por cierto, si ya lo leyeron o quieren leerlo, lean o recuerden los capítulos "Seducciones (I) y (II)". Sabrán él porque ya me estaba volviendo un niño muy despierto.


"He estado combatiendo desde hace un año por cosas en las que creo. Si vencemos aquí, venceremos en todas partes. El mundo es hermoso y vale la pena luchar por él, y siento mucho tener que dejarlo."

Ernest Hemingway - Por quién doblan las campanas

Hemingway me entró hasta los huesos por este libro. El hecho de que el periodo de tiempo en el que transcurre la historia sea de tan sólo un día y que se narrado de tal manera que abarque un libro de dimensiones respetables hizo que Ernest se convirtiera para mí en algo así como un mago, en alguien que podía manejar los diálogos y los tiempos de una forma tan veloz y total que jamás sentías que en realidad la historia en su espacio temporal no se ha movido prácticamente nada. La novela completamente se mueve a través de las relaciones humanas, de los sentimientos de una persona que tiene la firma idea que su vida puede llegar a su fin pero que mientras exista algo por lo que luchar no dejará de intentarlo.





El libro que originalmente tenía y con el que leí la historia no existe más. Se lo presté a una persona muy especial y en alguna forma se perdió. La edición que tengo ahora es una de esas colecciones de clásicos que salen de vez en vez. Me gusta la edición por el hecho de la pasta dura y que a pesar de ser viejo está bastante bien cuidado.











"Bueno, ¿a qué horas se acabó Led Zeppelin II? ¿E In a Gadda da Vida? ¿Me habré tardado mucho en el baño?, se preguntó Rafael sin dejar de fumar"

José Agustín - Se está haciendo tarde (final en laguna)

Conocer a José Agustín fue una de las más gratas sorpresas que pude haber tenido. Yo estaba acostumbrado a las diferentes formas de pensar y dialogar de todos los autores que había leído pero en cierta manera yo era el que debía de acoplarme a la manera de hablar del autor. Y cuando llegó José Agustín me topé de repente con una persona que no sólo escribía increíblemente bien, era una persona que hacía hablar a sus personajes como cualquier persona que me rodeaba, de pronto me di cuenta que sus libros estaban llenos de palabras, modismos, actitudes completamente conocidas para mí. Es el primer autor que leí cuyas historias se desarrollaban en lugares tan comunes que serían perfectamente omisibles de no haberlos encontrado en uno de sus relatos. De pronto leer cosas sobre el Parque México, la Colonia Roma, el Woolworth de Insurgentes se volvió en algo tan relevante como sorprendente. En parte el deseo por vivir en esos lugares donde ahora vivo nacieron de esas páginas. Y no solo eso, José Agustín tiene algo que he encontrado en muy pocos autores: La Música. De pronto encontrarte con frases de The Beatles, Rolling Stones, Led Zeppelin, The Doors, cosas que eran perfectamente familiares para mí y que eran parte integral de una historia hicieron que quedara enamorado de esa forma de contar.

 Final en laguna es para mí el ejemplo perfecto de novela de José Agustín. Relata vida y obra de varios chavos en un destrampe que termina en Sexo, Drogas y Rock en Acapulco y la manera en la cual nos va llevando sencillamente es genial. Vemos como la música es parte primordial de la historia, realmente te invita a que pongas el disco del que te está hablando mientras lees. Además esas viñetas intercaladas con frases de canciones (en especial "Everybody got something to hide except me and my monkey de The Beatles) le dan un toque novedoso que yo al menos no conocía.

Mi edición es una de esas que pertenecía a la vieja serie del volador de Joaquín Mortiz. Ese libro debía haber sido autografiado por el mismísimo José, pero por mala suerte no asistió al evento donde se supone que lo vería y lo firmaría. Aún no pierdo la esperanza de conocer al que es sin duda uno de mis escritores mexicanos favoritos.

martes, 29 de mayo de 2012

Prólogo


"Un libro, cualquier libro, es para nosotros un objeto sagrado"

Jorge Luis Borges


Uno de mis grandes placeres es el de la lectura y uno de mis más grandes vicios es el de comprar libros. Tal como lo expresa Borges un libro es ante todo un objeto sagrado. No sólo es el acto de comprar un libro que quieres leer, sino llego al grado de que siempre trato de elegir una edición bien cuidada y físicamente atractiva, y esto aplica para los libros nuevos y sobre todo para los libros viejos. De hecho los libros viejos tienen aun un problema mayor, ya que siempre trato de buscar que el libro tenga una cierta personalidad, un aire propio que lo haga único entre sus semejantes y que reclame un lugar entre mis libreros.


Mi gusto por la lectura es incluso más añejo y más arraigado que otros vicios míos como la música. De hecho mi amor por leer viene desde que aprendí a leer. Quizá pueda parecer esto una obviedad pero no lo es tanto si consideran que mis primeras letras las aprendí entre los 4 y 5 años. Yo era el objeto de las diversiones de mis hermanas mayores, ya que a falta de juguetes necesitaban algo en cierta forma dócil para poder usar como su muñeca. Afortunadamente jamás me pusieron a jugar a la comidita (o sí, la verdad no lo recuerdo) pero lo que jamás olvidaré es que yo siempre era su "alumno" a la hora de "jugar " a la escuela. Ambas palabras debidamente entre comillas porque su escuelita no tenía nada de juego y su juguete tenía todo de alumno, al grado de que con ellas aprendí a leer y a hacer operaciones básicas antes de entrar al kinder.


Además del tremendo aburrimiento que esto provocó, también me abrió las llaves a un mundo completamente nuevo. Sin embargo y debido a nuestra situación económica de esos entonces los libros no abundaban en casa. Tuve realmente que buscar por todos lados para encontrar que leer y las únicas cosas que habían era una vieja Biblia editada en España propiedad de mi padre (la cual algún día debe pertenecer a mi colección) y varios libros de gramática y otras materias que eran vestigios de la época en que mis padres fueron maestros. 


Quizá esto suene algo mal, pero no lo fue tanto en realidad. Haber terminado la Biblia desde el Génesis al Apocalipsis a la edad de 7 años me hizo evitar clases tediosas de catecismos y poder dedicarme a jugar cuando el resto de los engendros de mi edad se partían el seso con las señoras catequistas. Y en cierta forma me hizo aprender a escribir bien, aunque la ortografía nunca ha sido ni será una materia que me agrade en particular.  


Uno de esos viejos libros de mi madre se convirtió en mi primera guía de autores y tipos de lectura: "El galano arte de leer", escrito por Michaus Dominguez y editado por la vieja Trillas. Este libro al parecer era una especie de guía de lectura para los alumnos, pero a un grado que actualmente no se ve. No sólo hablaba sobre narrativa, poesía, leyendas, cancioneros, también hacía un muestrario de diferencias entre escritores mexicanos, hispanoamericanos, de lengua inglesa. Toda una joya. Gracias a él pude conocer a autores como Octavio Paz, Amado Nervo, Rubén Darío, Antonio Valle Arizpe, Juan Ramón Jimenez, Oscar Wilde o un impronunciable (en ese entonces y ahora) Rabindranath Tagore. Una de las historias que más me impresionó y que hasta la fecha es de mis favoritas es "El Ruiseñor y la Rosa" de Wilde.


Al final el habito de la lectura es algo que no me ha abandonado a través de los años y que en cierta medida ha determinado mi forma de ser en muchas cosas. Puedo decir que los momentos en los que peor he estado han sido aquellos en los que no he tenido algún libro a la mano que me ayude a evadirme o a pensar de manera diferente. Hace poco en una plática entre cervezas hablaba con una amiga sobre estos temas y surgió la pregunta de cuáles son mis escritores favoritos. La verdad para pena y escándalo mío no pude decirle en ese momento exactamente cuáles son, cosa que por ejemplo si puedo hacer con la música. Me quedó esa cosquillita en la mente y no he dejado de pensar en el tema, y creo que para poder resolver esa pregunta debo hacer un repaso de libros y escritores. Por eso he decidido que haré una serie de entradas sobre el tema, hablando sobre los libros que más me han marcado y sobre eso tratar de darle algo de luz al tema de mis escritores favoritos. Espero no se aburran con ese proyecto, pero es algo que me apasiona y que me encantaría compartirles.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Ana ¿vive? aquí


Estar en esta casa, donde vives sin una ventana abierta, alejado del mundo, temiendo hacer el más mínimo movimiento, sin poder incluso abrir un grifo, y sobre todo, saber que la más pequeña  falla significa la muerte, es una experiencia realmente aterradora.


Hace mucho tiempo leí la historia. En ese entonces no le puse demasiada atención, incluso olvide detalles como que los años en los que se escondió de los nazis fueron aquí, en Ámsterdam. Después de hoy lo mínimo que puedo hacer es releer sus pensamientos y miedos, y comprender realmente lo que decían cada una de sus palabras.

No puedo decir que Ana viviera aquí. No se le puede llamar vida a lo que paso en esta casa. Pero al final lo hizo y dejo en su diario su propia vida. Todo para que no olvidemos.

martes, 22 de mayo de 2012

De marchas y protestas


Los que me conocen saben que soy un ser apolítico y que en general cualquier cosa que me suene a proselitismo partidista me da un asco tan profundo que incluso he llegado a dejar de hablarle a gente que haya siquiera insinuado un apoyo no razonado a algún partido político, sin distinciones de colores.

Sin embargo hay una ley fundamental para mí no solo política sino de congruencia histórica y de vida. Soy un antipriista declarado y tengo muchas razones para serlo. Como hijo de los ochentas viví mi infancia en condiciones bastante apuradas gracias a esas personas que tanto dolerían al país en la llamada "Docena Trágica". Crisis económica, deuda, inflación, pérdida de poder adquisitivo, corrupción eran cosas que a pesar de no entenderlas completamente si las podía percibir en la situación familiar, que si bien no era de pobreza si provocó que yo no viviera una infancia con todas esas cosas que los niños de clases más acomodadas tuvieron.

Mi real encuentro con la realidad del país siendo ya consciente de eso vino en la adolescencia. Viví la lenta descomposición del sistema priísta con los asesinatos políticos de finales del sexenio de Salinas. La crisis enorme que vivimos gracias a ese reality check que nos caería en 1994 cuando el país se percató que no éramos tan de primer mundo como se nos había prometido. Recuerdo muy claramente la enorme indignación que causó la famosa caída del sistema en las elecciones de 1988 cuando Cárdenas fue despojado de la presidencia (¿recuerdan quién fue uno de los principales orquestadores? Búsquenlo en el PRD) 

Con esos antecedentes aprendí a repudiar todo lo que significara el PRI. Para mí el hecho de que en el 2000 al fin pudiéramos derrotarlo en las urnas fue una gran alegría y un rayo de esperanza para este país. Más allá del personaje que quedó de presidente, pensaba que era la oportunidad que México necesitaba para demostrarnos que podíamos gobernarnos en absoluta democracia sin necesidad de un partido que rigiera todos los aspectos del país y de esos personajes que sólo consideraban el poder como la oportunidad de enriquecerse brutalmente. Si, los 12 años panistas no han sido lo que deseábamos, pero mi idea seguía siendo la misma, para mí el problema no era que la izquierda gobernara o que la derecha cometiera torpeza tras torpeza, podíamos lidiar con eso, podíamos cambiarlo y exigir mejores cosas siempre y cuando estuviéramos dispuestos a trabajar para que el país lentamente fuera evolucionando, encontrando la mejor manera de resolver nuestros problemas. Y he aquí que el PRI está de regreso.

Por primera vez en mi vida participé en una marcha. En general soy enemigo de la marcha como medio de protesta, ya que siempre generan más descontento entre la gente de lo que debería ganarse como apoyo. La marcha/plantón de López Obrador en Reforma hace seis años fue lo que para mí terminaría de sepultarlo como opción para el país y es una losa muy difícil de quitar ahora justo por el tamaño de daño que causó en su momento. Y sin embargo decidí participar, a regañadientes primero, en esta en particular por su origen totalmente apartidista y porque se fue gestando desde un lugar donde en México jamás se había logrado: las redes sociales.

No fue tanto el affair Ibero lo que llevó mi indignación al límite sino la respuesta de algunos medios de comunicación y en especial los periódicos de la Organización Editorial Méxicana (OEM), dirigida por Mario Vázquez Raña. El hecho de que TODOS los periódicos de dicha organización hayan tenido el mismo titular: “Éxito de Peña en la Ibero, pese a intento orquestado de boicot” fue un insulto para mi inteligencia y la de todos los mexicanos porque intentaron tergiversar un acontecimiento que a todas luces fue completamente opuesto a lo que ellos decían. Todos pudimos ver el viernes negro de Enrique Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana. Y que de repente viniera a decirnos que fue todo un éxito de verdad llevó mi enojo a tal grado que realmente quería manifestarlo.

Imposible no indignarse ante esto.

Por eso ese sábado marché. Porque mi hartazgo hacia una forma de política que sólo ha demostrado lo dañino que puede llegar a ser para el país ya va más allá de la simple apatía política. Porque ya no podemos contentarnos con ser revolucionarios de facebook o quedarnos con tan sólo llenar twitter de mensajes de indignación. Se debía hacer algo más. Por eso la iniciativa de la marcha me pareció una excelente idea, siempre y cuando se mantuviera alejada de cualquier intento de apoyo a otro partido. Debía ser una marcha ciudadana que mostrará el repudio a ese PRI que siempre quiere venir a darnos atole con el dedo.

Debo confesar que al inicio no quería por la misma idea que tenía de las marchas. Tania terminó de convencerme pero yo ya había decidido que al primer intento de apoyo partidista dejaba la marcha. Y si la concluí de principio a fin fue justo porque cumplió cabalmente lo propuesto. Y no sólo eso, para mí fue una gran sorpresa y alegría ver que muchísima gente que estaba en sus autos parados por la marcha nos apoyaban. Manifestaban apoyo y simpatía a pesar del mal rato que les hacíamos pasar. El ver a gente de diversas edades, familias completas, hipsters de la condesa y niños fresas de universidades privadas al lado de obreros y familias de bajos recursos, al lado de los infaltables miembros de los sindicatos y gente como yo, que jamás había estado en un asunto de estos y que sin embargo estábamos allí, todos uniendo voces para manifestar nuestro rechazo al viejo gobierno.

Hoy se marcha
Sigo siendo igual de apolítico. Al día siguiente se celebró una marcha esta vez sí a favor de Lopez Obrador a la cual si no iría. Pero ya se sentó precedente. En el futuro en la medida de lo posible trataré de participar en ese tipo de marchas. Mi idea no ha cambiado, para mí los cuatro candidatos a la presidencia son poco menos que un cero a la izquierda y mi voto sigue sin decidirse. Pero aún así prefiero mil veces lidiar con cualquiera de los otros tres que ver al PRI volver a sentarse en la silla presidencial. Si eso llegara a pasar, habremos fracasado como nación, una vez más.

viernes, 18 de mayo de 2012

Días enmascarados


Verás la noticia en internet. Al inicio no podrás creerla pero poco a poco verás cómo las fuentes son más fidedignas y las confirmaciones más exactas. Fallo cardiaco, hemorragia masiva. Leerás las causas pero poco entenderás. Lo único que te queda claro es que él acaba de fallecer y que no hay nada que hacer, se acaba de ir una de esas personas que cambio tu vida de muchas formas gracias a sus escritos.

De inmediato recordarás cuando lo conociste literariamente. Eras tan sólo un niño que leía lo que podía cuando tu padre llegó con ese libro. Desde que lo viste te atrajo, una portada gris plateada con una imagen de un señor de traje que en realidad era una calavera, fumando una especie de pipa o cigarro. Tu hermana lo acaparó unos cuantos días pero en cuanto lo dejó libre jamás lo volverías a soltar y aun hoy sigue viviendo en tus libreros. Y desde el primer cuento que leerías recordarás ese terror que te causó y la forma que de él quedarías prendado. Jamás olvidarás las desventuras de Filiberto con el dios maya.

Recordarás cuando lo conociste literalmente. Esa ocasión en la que estrechaste su mano y firmó uno de tus libros. Tu favorito de sus libros. La ocasión en la que te preguntaría entre curioso y divertido el significado de tu playera y la ocasión en que le explicaste y le contaste acerca de tu grupo favorito. Recordarás también la segunda vez que lo viste, esta vez acompañado de ella, de esa mujer que por cierto también lo amaba y que de hecho él tuvo en gran medida la culpa de que terminara compartiendo tu vida por tres años y medio. Esa vez cuando ella llegó tarde y tuviste que defender su lugar en la fila para conocerlo contra señores malhumorados y niñas que no lo conocían demasiado y sólo habían leído ese libro que tanta polémica causó y ahora es obligado en las escuelas. Esa segunda ocasión fue cuando firmaría ese libro, el primero, y casi lloras al ver tu nombre escrito por él, justo arriba de donde estaba el nombre de tu hermana, recordándote el crimen que había cometido al quedártelo después de más de 20 años.

Con una sonrisa de nostalgia y diversión recordarás esa feria del libro. De las primeras veces que salíamos  juntos con la posibilidad de ser algo más. Recordarás la fatiga de caminar y caminar por estantes sin éxito y cómo algo sorprendidos nos encontraríamos con esa edición sencilla en la calle. Esa foto que nos enamoro del libro y uno del otro, esa imagen de nuestra ciudad de mitad del siglo anterior y que nos demostró de una sola plumada todo lo que teníamos en común y todo lo que podíamos entendernos.

Casi sin poder contenerte comenzarás a llorar. No, nunca fue tu amigo, sólo lo viste dos veces en tu vida y sin embargo podrías asegurar que él te acompañó durante muchos momentos importantes de tu vida. Recordarás con alegría La región más transparente, Gringo Viejo, Cantar de ciegos, Diana, Los días enmascarados, La muerte de Artemio Cruz y otros más. Y más recientemente Cumpleaños, el último libro suyo que obtuviste gracias precisamente a un regalo de cumpleaños de tu compañera de casa. Sus letras siempre dieron alegría a mi vida. Si bien no todo lo que escribió fue de la misma calidad todo fue escrito por una pluma privilegiada y culta, como muy pocas veces ha sucedido en este país y en otros lados del mundo.

Por eso tus últimas palabras para él serán de agradecimiento, pero piensas que decir "últimas palabras" no es lo adecuado. Siempre que quieras recordarlo y dialogar con él no tendrás más que tomar uno de sus libros e invocarlo del más allá de la mejor forma que un escritor como él esperaría.



Volverás, a través de la lectura, sin dejar de pensar en lo agradecidos que quedamos contigo, deja que tome un libro tuyo y te haré regresar.

lunes, 14 de mayo de 2012

Smith, McCartney, Dylan


Realmente ha pasado muy poco tiempo. Tan sólo el viernes pasado estaba en la conferencia de prensa de Patti, que sería lo que abriría las hostilidades de una semana digna del recuerdo. Ya en las entradas anteriores he puesto algo de mis impresiones de primera mano. Aún no pasan del todo las emociones (escuché Hey Jude del concierto del Zócalo y se me salieron las lagrimas) y hacer un examen profundo de lo que pasó no aplica todavía. Y no sé si quiera hacerlo en realidad.

Por eso creo que el mejor balance que puedo hacer es a través de la misma música que disfruté. Es muy difícil elegir un momento de cada concierto debido a que todos los shows completos fueron increíbles, pero trataré de hacer lo mejor posible. Empecemos pues.

Con Patti lo más impresionante ya lo comenté, Dancing Barefoot desde la barra de fotógrafos. Sin embargo ese es MI momento, personal, único y que sólo yo disfruté y gocé. El momento del concierto, el más emotivo y catártico para mí fue Gloria. Todos brincamos, todos cantamos, todos nos emocionamos y gritamos junto a una Señora Smith que en ese momento parecía tener 20 años nuevamente. Pocas veces se logra esa sensación de comunión entre el artista y la gente. Javier con la voz perdida y eso que apenas era el primer concierto de cuatro.


La emoción de ver a Paul en el Azteca venía aumentada por la alegría de verlo después de dos años, en unas condiciones tanto físicas como sentimentales completamente diferentes. Fue realmente liberador escuchar todo el show sin esa espinita clavada de que las cosas iban mal. ¿Qué momento elegir de un show donde de 40 canciones cantas sin problemas 39? Creo que el final fue lo mejor. Ya sabía que tocaría el medley "Golden Slumbers/Carry that weight/The End" y aún así escucharlo completito fue impresionante. Javier en estado de éxtasis pidiendo más.



¡¡¡¡Estúpido y Sensual McCartney tocó Birthday!!!! No tenía ni una semana que había visto el concierto en vivo en la Plaza Roja de Moscú y mientras veía como la tocaba allí pensaba para mis adentros lo increíble que sería escucharla en vivo. Puro sueño guajiro. Y madres, que la toca en vivo en el Zócalo. Javier perdiendo la compostura y la poca voz que le quedaba por cantar y brincar y bailar como si no hubiera mañana. Y si, cuando al final dijo Paul "Feliz Cumpleaños" yo sentí que me lo dijo nada mas a mí.


Mala visibilidad, mal lugar, muchos peros, y aún así cómo gocé este momento. Ballad of a thin man es una cancionsotototota, a pesar de que entes como Bunbury la hallan estropeado. Es una canción que ya trascendió al mismo Dylan. Escucharla en otro beat, con una letra carraspeada (que no cantada) por Bob, con una banda impresionante y con toda la emoción por dentro por haber pagado la enésima deuda con mi destino. Javier con el celular en todo lo alto para que Tania (la gran ausente en este concierto) tratara de escuchar aunque sea un poco mientras que voz en cuello y ojos cerrados y llorosos disfrutaba de una de mis canciones fundamentales.



Pocas veces en mi vida se repetirán eventos como los de esta semana, al menos dudo que vengan tan juntos. En este año ya puedo decir que vi a tres de mis héroes musicales y a uno de los miembros de mi santísima trinidad. Otro viene a darme 8 dosis de su música en 3 meses. Los otros estoy pensando seriamente en irlos a ver al extranjero, sólo por darme el gusto de ver a los tres en este año musicalmente perfecto.

domingo, 13 de mayo de 2012

Do you Mr. Dylan?


27 de Febrero de 2008. Ese día, afuera del Auditorio Nacional esperaba, no precisamente por Bob, sino por la mujer que cambiaría mi vida. Por mi propia decisión y asumiendo los riesgos decidí perderme el concierto de uno de mis ídolos por estar un poco más con esa mujer que en esos momentos me atraía y me enamoraba cada vez más, quizá sin saberlo en ese momento. Así que me perdí el concierto del Señor Dylan por una mujer la cual, ironías de la vida, me reclamó unos años después que yo le echara en cara ese acto por el sólo hecho de comentarlo. A pesar de que esa decisión me transformaría más allá de lo que me pude imaginar en ese momento, no me arrepiento de haberla tomado...

Por eso, era una obligación para mi ver a Bob en esta ocasión. Sin importar que tuve que comprar de nuevo el boleto por una tontería mía, a pesar de lo pésimo que resultó ser el lugar donde se presentó, sin importar que las primeras canciones prácticamente no lo vi. Debía ver a Dylan. Era una regalo del destino saber que tendría la oportunidad de resarcir esa falta en mi vida.

Regresando a lo musical, Dylan es un autentico camaleón. Desde aquel mítico concierto en el Festival de Newport donde decidió convertirse en eléctrico no ha parado de hacer lo que se le venga en gana. Y sólo alguien como él puede hacer eso y que todo le salga bien. Ahora Dylan ha decidido que su estilo sea una mezcla de blues, rock, música muy al estilo de su "Modern Times" sin dejar de usar su sempiterna armónica. Y le sale perfecto ese estilo que parece más un jam. Su banda es contundente, su voz es la de siempre aunque perfeccionada por la edad. Es la voz perfecta, ríspida, agresiva y experimentada.

Escucharlo cantar en ese estilo joyas clásicas como Highway 61 Revisited, Like A Rolling Stone, All Along The Watchtower, Blowin' In The Wind o joyas más recientes como Things Have Changed o Rollin' and Tumblin'. Thunder On The Mountain lució enorme.

En esta semana de leyendas no esperaba menos de Dylan, y todo remató perfecto con otra de las canciones que están dentro de mi top 5 de canciones de cualquier artista: Ballad Of A Thin Man. Tener la oportunidad de cantarla, escuchar como Dylan la recreaba, la transformaba en algo completamente nuevo sin perder un ápice de su fuerza original fue increíble. Me hizo olvidar el mal lugar y las decisiones del pasado. Quizá no olvidar a la mujer que menciono, pero si darle carpetazo a una historia más que tenía atravezada.

viernes, 11 de mayo de 2012

Macca's Reprise


Y ayer repitió la faena el Sir. Y creo que hasta superó la emotividad del concierto en el Estadio Azteca. Todo lo que comenté en el post anterior aplica para el concierto de anoche en el Zócalo pero multiplicado por lo que ustedes quieran. Paul feliz y entregado, el público emocionado e increíblemente ordenado. Ver a niños, señoras, abuelos, gente de todos los estratos sociales unidos por la música de McCartney. Fue algo increíble y digno de verse.

Musicalmente nos dejó boquiabiertos. Birthday es una de mis canciones favoritas y jamás en la vida pensaba que la escucharía en vivo y ayer pasó. Aún de sólo recordarlo me pone la piel de gallina. Helter Skelter nos hizo brincar y cantar como si no hubiera mañana. Tocó todas y cada una de las sospechosas comunes y nos alegró una vez más la vida con Hey Jude.

Fue una experiencia tremendamente emotiva y que resultó aún mejor porque la pude compartir con amigos muy queridos.

Y hoy termina la conciertiza clásica con otra leyenda: Bob Dylan.

miércoles, 9 de mayo de 2012

La noche anterior


Un concierto de Paul McCartney podría ser considerado como un enorme lugar común, un karaoke del tamaño de un estadio, un evento plagado de clichés y de canciones dirigidas a alimentar la nostalgia y la beatlemania de los siempre fieles fanáticos. Si, es justo eso y más. Y vaya que lo disfruté.



Uno puede ir con la actitud de haberlo visto todo tratándose del Sir. Que ya hemos escuchado Hey Jude o Live and let die hasta el hartazgo. Que los más clavados casi sabemos qué canciones y en qué orden vendrán. Y sin embargo todos lloramos, pataleamos y brincamos cuando vemos al señor subirse a su piano y empezar a tocar los ya conocidos acordes. Y aún así ser capaz de sacar de la chistera cosas tan increíbles como The night before o Hope of Deliverence. Realmente la capacidad de asombro vuelve a nacer y todos entonamos el "naaaa naaa na na na na na na naaa Hey Jude" cómo si fuera la primera vez en nuestras vidas. Y tan fuerte como si fuera la última vez que lo fuéramos a hacer.

La noche anterior puse a prueba mis sentimientos. Dejé que mis emociones simplemente fluyeran. El resultado fue una felicidad total. Si tuve mis momentos tristes con Here Today, recordando a todas aquellas personas que por alguna razón no estaban a mi lado disfrutando de ese momento. O con Golden Slumbers, que desde niño ha sido para mí el ejemplo de cómo debe ser cantada una canción y que me remitió a esos días en los que era un adolescente que quería ver cumplidos sus sueños. Me emocioné, lloré a lado de casi todos con Let it Be, me rompí con And I love her y Blackbird, bailé (o al menos intenté) con I saw here standing there y así puedo seguir con todas y cada una de las más de 40 canciones que escuchamos ayer.

Estos días son los días en los que TODOS se sienten fans de los Beatles. Cualquier tipo puede decirse fan por ir al concierto y sin embargo pasársela sentado todo el show o moviéndose y preguntándose qué canción estará tocando. Eso es algo que antes me pondría furioso pero ahora ya no me importa. Dejemos que la gente finja demencia y crea que conocen a Paul como si hubieran caminado con él una tarde cualquiera en Merseyside. Yo tampoco voy a presumir que tengo un absoluto conocimiento Beatlemano ni nada. Sólo me dedicaré a atesorar el momento y a gozarlo igual que la noche anterior me dediqué a admirar y aplaudir a uno de los que han sido para mí ídolos y ejemplo desde que tenía unos 10 años.

Y una cosa más. Terminar el concierto con el Medley Golden Slumbers/Carry that weight/The End fue de las cosas más tremendas e impactantes que jamás he visto en vivo. Gracias por eso Macca, pero casi me matas de la impresión.

lunes, 7 de mayo de 2012

Sábado de Gloria


Escoger entre dos leyendas fue una tarea difícil pero tuve que pensar muy poco en realidad para decidirme. A uno, Sir James Paul McCartney ya lo había visto en dos ocasiones y además lo vería un par más en la Ciudad. A la otra, Patricia Lee Smith jamás la había visto en vivo, era su primera presentación en México y en realidad moría de ganas de verla. Gracias por participar Sir Paul, Patti gana esta vez, y vaya que lo hizo. Debo decir que la decisión fue la acertada pero que jamás imaginaba hasta donde me llevaría tomar esa decisión.

La primera emoción importante fue que pude asistir a la conferencia de prensa. La emoción de ver tan cerca a una persona que admiras, poder escuchar sus palabras de primera mano, poder fotografiarla y escucharla cantar de una forma tan intima fue algo indescriptible. No tuve la suerte de tomarme una foto con ella, pero lo que viví ese día lo compensa. Tuve la suerte de conocer a la Patti fotógrafa, a la activista, a una mujer increíblemente dulce y hasta en momentos tierna. Realmente estaba emocionada, disfrutaba como toda una turista por estar en casa de alguien que admiraba, pedía disculpas por fotografiar a la gente. Fue absolutamente mágico y aún faltaba lo mejor.

El Sábado nos demostró el porqué es una leyenda de la que se habla en libros y documentales sobre el rock. Si bien es una mujer ya entrada en años, sobre el escenario se transforma. Vemos a la misma niña rebelde que gritaba a los cuatro vientos sus poemas en el escenario del CBGB. Se le nota con toda la experiencia del mundo, disfruta la música, rockea como prácticamente nadie lo hace en estos días.

Los que me conocen saben que tengo mi gusto por la fotografía. He hecho el intento de mejorar y aprender lo más que pueda y si hay algo que me gusta son las fotografías de conciertos. Ese bendito sábado al fin pude estrenarme en ese aspecto. Jossandy me hizo el día y sin saberlo me hizo cumplir un sueño al dejarme tomar las fotos para su revista en la primera canción del concierto. Desde que me lo propuso me dejó helado y emocionado. Si hubiera sabido que pasaría después es posible que me hubiera desmayado. Pude ver a doña Patti al salir al escenario, saludar, y mientras yo feliz tomaba las primeras fotos, la banda comenzó a cantar ni más ni menos que mi canción favorita de la Smith y de hecho una de las canciones que más me gusta de cualquier artista. Así, sin misericordia Patti Smith abrió con Dancing Barefoot y yo ya no supe si cantar, llorar o tomar fotografías. Vaya forma de tener mi debut.


Allí estuve, en un punto entre Patti y Lenny Kaye su guitarrista

Todo el show fue gratificante, tremendamente catártico. Ambas partes, músicos y público nos entregamos perfectamente. El hecho de que tocara Because the Night, People have the power y Gloria seguidas y cerrar con Rock and Roll Nigger fue más de lo que podría haber esperado. Canté, grité y disfrute todas las canciones, hasta puedo decir que se me olvidó que en ese mismo momento Paul estaba en Guadalajara y que yo pude haber estado allí también.

Al final del día puedo decir que tomé la decisión correcta. Fue uno de los conciertos que más he disfrutado y fue una excelente manera de iniciar esta semana de conciertos de leyendas. Mi siguiente parada: Paul McCartney.