Y así, casi sin sentirlo, se nos fue Abril y con él la
tercera parte del año. Un mes interesante, mes de cumpleaños y de viajes,
conciertos y de cosas divertidas. En el lado musical este mes estuvo algo más
cargado a la nostalgia y a grupos clásicos. Allí están Patti Smith, Radiohead,
Cranberries. Del lado de lo nuevo también hubo cosas excelentes. Kudos para Bombay
Bicycle Club, Band Of Horses y Tindersticks.
Quizá el álbum que se robó el mes fue el soundtrack de Jesus
Christ Superstar, el cual tenía siglos de no escuchar y que me trajo muchísimos
recuerdos de mi infancia. Hay un escrito cocinándose al respecto así que allí
me explayaré con más ganas sobre el tema.
La lista está un poco más corta de lo esperado debido a que
fue un mes con puentes vacacionales y viajes y ya saben, en esos días es más difícil
dedicarle tiempo a bajar discos y escucharlos y cosas así. De hecho, mañana es
día feriado en nuestro México lindo y querido, así que aún no sabemos que nos
deparará Mayo musicalmente hablando.
02 The Weeknd -> Echoes of Silence 03 Varios Artistas -> Jesus Christ Superstar OST 04 First Aid Kit -> The Lion's Roar 09 The Vaccines -> What did you expect from The vaccines 10 Atari Teenage Riot -> Is This Hyperreal? 11 Radiohead -> The King Of Limbs 12 Madeleine Peyroux -> Standing on the Rooftop 13 Bombay Bicycle Club -> I Had The Blues But I Shook Them Loose 17 The Cranberríes -> Roses 18 Band Of Horses -> Infinite Arms 19 Kasabian -> Empire 20 Pulp -> Different Class 23 Jack White -> Blunderbuss 24 Patti Smith -> Easter 25 The Rapture -> Pieces of the people we love 26 Ben Howard -> Every Kingdom 27 Tindersticks -> The Something Rain 30 The Mantles -> The Mantles
Con todo lo cliché que pueda sonar, puedo afirmar que el
momento en el que decidí qué profesión escogería fue cuando me paré por primera
vez frente a un video juego. Más allá de la afición que en ese momento nacía y
que me provocaría severos traumas con los juegos difíciles y problemas
familiares por quedarme con el cambio cuando mi madre me mandaba por las
tortillas, en ese momento también nacería esa curiosidad por saber de qué
manera se podía lograr que un aparato de televisión empotrado en un enorme mueble
de madera me mostrara algo distinto a una telenovela o una caricatura y saber
la magia que había detrás de todo eso.
Una de mis primeras decisiones "serias" en mi vida
vino gracias a eso. Después de aprobar dos exámenes para entrar a diferentes
preparatorias, cambié el estar en turno matutino (el favorito de las madres) en
una por entrar al turno vespertino en otra (ya se imaginarán a mi madre), sólo
porque en dicha escuela estudiaría además la carrera de técnico programador de
computadoras. Así fue como entré al mítico CBTis 133 de Villa de las Flores y
así fue como inició mi carrera como programador.
Hermosos chistes de computación. Uno aprende a ser feliz con ellos.
Sin embargo, no toqué una computadora de verdad sino hasta
el quinto semestre en el que estudié en dicho lugar, gracias a las políticas
educativas que no estaban muy modernas que digamos y no había dinero para
despilfarrar en escuelas con pretensiones modernas como la mía. A pesar de eso
creo que fue lo mejor que me pudo pasar porque aprendí que para ser un buen
programador no se necesita estar gastando horas nalga frente a un CPU. Descubrí
que la herramienta más importante para el programador no es la computadora sino
su cerebro, y con él la capacidad de abstracción y lógica. Aún recuerdo con
alegría como de noche me ponía a escribir programas y más programas de cuantas
cosas se me ocurriera sólo con la ayuda de mi viejo libro de lenguaje Pascal.
Más de uno debe estar pensando de mí que era un ñoño de lo peor (eso ya lo he
aceptado muchas veces) pero en ese momento me di cuenta que eso era para lo que
estaba destinado.
Ya en la universidad las cosas fueron poniéndose más
interesantes. Aprender a armar una red y comprender de donde nacen los
protocolos de comunicación, saber cómo funciona internet, cómo hacer tu propio
lenguaje de programación con compilador incluido, diseñar y emular un
procesador de 64 bits, comprender las minucias que rodean al mundillo de la
informática y sus regulaciones, todo eso lo aprendí con alegría pero también
con mucho sufrimiento.
Creo que la computadora no tiene secretos para mí. Se
armarla, se destriparla, programarla, si bien windows aun me da dolores de
cabeza creo saber que hay detrás de un sistema operativo. También puedo decir
que soy excelente programador. Algo retro por los lenguajes que actualmente
manejo pero soy bastante competente en lo que hago. Disfruto mi carrera, me
encanta el trabajo, quizá no tanto cuando debo lidiar con clientes, pero en términos
generales puedo afirmar que hago estoy alegre con mi profesión y soy muy bueno
en ella.
Pero hay un algo que siempre nos aterroriza. Cuando mis
hijos escritos a base de lenguajes de programación y mucho cerebro son
entregados a los usuarios todo puede pasar. Ellos no pueden usarlos con el amor
que merecen, los entienden mal, los hacen sufrir y a nosotros con ellos. Un
programador no tiene derecho a nombrarse como tal hasta que sus creaturas son
sometidas a la mano torpe y fría del usuario final y que éste comience el acoso
para hacerlo funcionar. Todo esto se eleva de manera exponencial cuando los
programas a liberar rebasan la decena.
"Liberación a producción" son palabras que
resuenan en mi mente en estos momentos y es algo que no le deseo a nadie. Todo
puede pasar. El caos se adueña de todo, sistemas, redes, humanos. Morphi
estaría en su parque de diversiones favorito.
Y no es queja, es sólo un grito silencioso que surge desde
mi interior que me dice: "Te gusta tu profesión Javier, de verdad que te
gusta"
Y aquí estamos de nuevo en una nueva aventura. No hace mucho estaba en la frontera con Guatemala y ahora en menos de un mes estoy del otro lado, en los Estados Unidos.
Coachella ha sido increíble. Hasta ahora estoy enamorado del lugar y id paisajes. Aun nos falta hoy un día mas de festival, así que trataremos de aprovechar. Ya les reportaré mas en forma después.
Hace más o menos dos años mi vida en muchos aspectos estaba en un acelerado estado de descomposición. El tener problemas amorosos al nivel que tenía en ese momento repercutía de una forma bastante desagradable en todos los demás aspectos, haciendo que todo fuera sino imposible al menos si muy difícil de llevar.
Durante esa época lo único que me importaba es llevar las cosas bien con la que era mi novia en esos días. Ya sea que yo o ella o los dos a la vez los provocábamos, vivíamos inmersos en una serie de problemas que muchas veces surgían de cosas tan triviales que ahora me dan risa. Cualquier cosa podía provocar una catástrofe de proporciones épicas que traía por lo regular o que termináramos dándonos un tiempo para "solucionar" las cosas, que habláramos por horas y horas por teléfono sólo para pelear más o que dieran pie a más y más cosas haciendo que el círculo vicioso jamás se cerrara. Viví de esa manera cada día de casi tres años, pero lo peor resultó entre los meses de enero y mayo de 2010.
Durante todo el tiempo que duró la relación y principalmente en esa época había una canción que servía como un mantra que me hacía sacar valor para seguir adelante: We can work it out, compuesta por Paul McCartney aunque firmada por Lennon y McCartney como todas sus canciones Beatles. Todas las mañanas pensaba en la letra de esa canción, pero principalmente en el título ya que siempre pensaba que al final habría una solución a todos nuestros problemas, que si me esforzaba lo suficiente lograría que al fin terminarán esas épocas de peleas y más peleas. Por eso uno de los momentos más fuertes que recuerdo fue que no la escuché en vivo en ninguno de los conciertos de Paul de 2010. Si bien lloré con prácticamente todas, me dolió muy intensamente el que no la tocara porque en cierta forma fue una premonición de que todo estaba siendo un fracaso y que tarde o temprano me daría cuenta que todos mis esfuerzos no servirían y no serían considerados para un posible perdón. Y así fue.
La canción comenzó a parecerme odiosa. En esos momentos me recordaba el fracaso que había tenido y cómo todo el esfuerzo que hice sólo sirvió para acelerar el rompimiento. Rompimiento que yo no quería pero que tuve que hacerlo más por salud mental y física, ya que en esos momentos sentía que aún hubiera podido seguir luchando un poco más por tratar de salvar el barco. Dejé de escuchar a los Beatles y a esa canción en particular debido a lo doloroso que me recordaba saber que no había servido de nada. Lo que vino a cambiar todo y a darle rumbo de nuevo fue el viaje a Europa.
Quizá por lo apresurado que resultó ser el plan y por la emoción fue que el primer lugar en el que pensé ir a visitar estando allá fue Liverpool. No reparé sino hasta tiempo después que un viaje así lo había estado planeando con ella prácticamente desde que mi exnovia y yo nos conocimos y que uno de nuestros mayores sueños era tanto visitar Liverpool como tomarnos nuestra foto cruzando Abbey Road. Ahora yo estaba a tan sólo meses de cumplir ese sueño yo sólo y cuando me di cuenta de eso debo confesar que me dio mucho miedo por el cómo reaccionaría estando allá. La tensión sin embargo no se presentó nunca y de hecho cuando estábamos por abordar el avión rumbo a Liverpool yo ya sentía que uno de mis grandes sueños estaba por volverse realidad.
Después de un día memorable, ya con Vanesa cansada y algo harta de tanta Beatlemanía, cerramos ese día tomando y cantando canciones en La Caverna. No recuerdo en qué momento pasó, ni quién la cantó, pero justo en el momento en el que pensaba en lo que había vivido hasta llegar a ese lugar, empezaron a sonar los primeros acordes de We can work it out. De pronto me quedé escuchándola y casi sin sentirlo me quedé con la primera frase grabada: "try to see it my way"
De pronto me abrió la mente. Me di cuenta de que mi voz y mis sentimientos eran importantes primero para mí pero que también debían ser tomados por los demás. Que si bien no se trata de imponer mi punto de vista también es importante que la gente sepa cómo me siento, como vivo las cosas, cómo se ven estas desde mi lado. A partir de ese momento me hice a la idea de que si bien no me cerraría a los demás tampoco permitiría que jamás se pisoteara el derecho que tengo a hablar y a decir las cosas de acuerdo a cómo las vivo yo. Es algo que me costó demasiado, y que incluso regresando de Europa me costó conflictos con gente que quiero, pero yo no sólo no quería mentir sobre mis sentimientos, quería hacer notar a la gente que los tenía y que quizá no era lo que se esperaba de mi, pero sin embargo allí estaban, gústenle o no a los demás.
Por eso no me costó trabajo ponerle nombre a este blog. Sabía que en cierta manera debía reflejar justo todas esas cosas que había decidido. Y qué mejor que a través de la escritura, otra de las cosas que perdí y me encontré estando tan lejos de casa. Quería hacer un esfuerzo para enseñarle un poco a la gente de lo complejo y enredado que puedo llegar a ser, pero también que soy una persona con conflictos y con errores, y no por eso alguien malo o por lo menos tanto cómo para ser declarado un muerto en vida. Aposté por defender mi punto de vista y mis sentimientos y por mostrarme como soy, tomar el riesgo de quedarme solo por no encontrar quién soporte todas esas cosas de mi o de molestar a las personas por no ser capaz de fingir un poco más.
Este soy yo y mis escritos así quieren mostrarlo. Espero no haber fallado en el intento hasta ahora. Y espero que ahora si pueda escuchar la canción en vivo.
Abril para mí siempre fue sinónimo de calor, de días largos de semana santa encerrado en una iglesia y de recogimiento de grado o por fuerza en los días en que mis padres dictaban sus reglas y uno aún no tenía la edad suficiente para revelarme contra ellas.
Semana Santa tiene la mala y muy recurrente costumbre de caer en Abril. Mis padres tuvieron el tino suficiente para que yo no sólo naciera en Semana Santa (nací un sábado santo, o de gloria como le decían antes) sino de que la gran mayoría de mis cumpleaños se acomodaran en cualquiera de esos días donde en una familia de fuertes raíces y formación católica estaba poco menos que prohibido festejar algo.
Si, el abrazo era obligado, pero casi siempre no había mañanitas, y cuando las hubo ya era demasiado mayor como para agradecer el gesto de levantarme a las 6 am con ellas a todo volumen. Lo importante es que durante mi infancia, que es cuando cuentan ese tipo de cosas como la fiesta con los amiguitos, las mañanitas y los juguetes de regalo yo prácticamente no los tuve. Creo que mi primer pastel de cumpleaños con amigos lo tuve como a los veintitantos. Claro, en parte porque no tenía amigos, pero mis padres no eran de esos que sacan niños de las casas vecinas para celebrar al suyo. No es reclamo ni amargosidad, pero siento que de repente me hizo falta celebrar un poco eso.
También mis padres supongo que tarde se dieron cuenta de su error, ya que tiempo después comenzaron a regalarme cosas: juguetes (cuando ya mi cuenta de años pasaba de las dos décadas), ropa (el peor regalo que se le puede hacer a un adolescente, créanme) y en una ocasión hasta una toalla (verídico). No los culpo, algún día les contaré la historia de mis padres y entenderán un poco todo eso, el punto es que si no tuve fiestas de cumpleaños, los regalos eran también algo inexistentes, y cuando existían no eran precisamente agradables.
Es por eso que aún a la fecha me da algo de pena festejar mis cumpleaños, o realizar una fiesta sea cual sea la razón para ella. Por eso disfruté tanto las reuniones que se hicieron en mi antigua casa y las que hacemos ahora en la actual. Pero de pronto siento un poco de incomodidad, no por la gente sino porque no se cómo ser un buen anfitrión. Espero que quienes han ido a mi casa puedan decirme como lo he hecho. Al menos para saber si lo he hecho bien.
Este año será especial porque habrá fiesta. Especial sí por la fiesta pero también porque pocos años la ha habido. Ayuda y mucho que Tania y yo unamos fuerzas para celebrar nuestros cumpleaños, así que no estaré tan desamparado. Además llegaré al número mágico de los 35, que para mí no son tantos años aún, pero ya comienza a escucharse feo. Espero que después de todo lo que les relaté colaboren con la causa de alejar mis traumas asistiendo a la fiesta y regalándome algo. Obvio eso no es obligatorio y no los dejaré de querer y aceptar en la fiesta sin algo, pero vamos, ¡que te regalen una toalla de cumpleaños es algo difícil de superar!
Ya en serio, espero las cosas salgan bien. Creo que de entrada superarán al cumpleaños del año pasado que me la pase enfermo del estomago la mitad del día. De entrada no cayó en semana santa y eso ya es bastante para mí.
Marzo por muchas razones fue muy bueno. Creo que en especial por el hecho que tuve vacaciones después de más de un año de no tenerlas. En cuanto a la cuestión musical también descubrí cosas bastante agradables.
Este mes hay que destacar a Band of Skulls, que desde ya se ha convertido en una de mis bandas favoritas. Mención especial para Los Straitjackets y The Decemberists, ritmos muy diferentes entre sí pero que me agradaron bastante. También fue el mes del redescubrimiento de The Jon Spencer Blues Explosion a los que tuve por muchos años olvidados. Este mes también hubo más viajes al pasado con Bauhaus y Silverchair además de un par de días de clásicos.
La lista es más corta en este mes justamente por el asunto vacacional, pero creo que es en términos generales buena. Con abril empieza el mes cumpleañero y el mes de Coachella, así que esperamos mejores cosas por venir. Por cierto, ya empezamos con The Weeknd, uno más de los grupos de Coachella.
01 Foster the People - Torches
02 Georges Bizet - Carmen
03 Band of Skulls - Sweet Sour
04 The Mars Volta - Noctourniquet
05 Beach House - Teen Dream
06 Wakey!Wakey! - Almost Everything I Wish I'd Said The Last Time I Saw You...
07 Silverchair - Neon Ballroom
08 Hugh Laurie - Let Them Talk
09 Bauhaus - The sky's gone out
19 Los Straitjackets - ¡Damas y Caballeros!
20 Kings of Leon - Only by the Night
21 Bach - Violinkonzerte
22 Kaskade - Fire & Ice
23 Beirut - The Rip Tide
26 Gomez - Whatever's On Your Mind
27 The Fry - Scars & Stories
28 The Decemberists - We All Raise Our Voices To The Air
29 The Jon Spencer Blues Explosion - Now I Got Worry
30 The Shins - Port Of Morrow
