miércoles, 26 de enero de 2011

Danos, Señor, el descanso eterno...

Mi vida tuvo un nombre y fue el tuyo, Marina
Mis fantasías y toda mi realidad.
Mis manos se entregaron, mis fuerzas, Marina
Todo lo que alguna vez signifique yo.

Si tu lo pedias y aunque no lo hicieras, Marina,
Yo me desangraba por hacerlo una verdad.
Hasta mi ser, si te disgustaba, Marina
Hacia lo posible para mi esencia  transfigurar.

Luche hasta donde pude, Marina
Y mira, jamás logre alcanzar.
Ya nunca logré que me vieras como humano, tu pareja, Marina.
El que se hubiera contentado  con un te amo, un te perdono, ya no pedía mas.

Y he aquí que no te marchaste, Marina.
A pesar del tremendo daño que me dices te causé,
A pesar de que para ti, Marina
Ya solo fui un muerto más.

Tuve que ser yo el que se alejara, Marina.
El que renunciara a quedarse a tu lado, a seguir cargando con mi amor.
Y es que si no lo hubiera hecho, Marina
Ya jamás hubiera vuelto a encontrar lo que soy.

Las palabras me faltan, Marina
Mas mi corazón así lo siente, creo que hasta aquí llegó,
Este luto que por ti guardaba, Marina,
Más bien, luto por nosotros dos.

No es que tú hayas muerto para mi, Marina,
Ni que piense inexistentes, los momentos de los dos.
No es que mi corazón este curado y mi alma intacta, Marina,
Es más bien, que muy adentro, en el fondo
Marina, Te perdono, y también me perdono Yo…

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