jueves, 14 de junio de 2012

Colosio en tiempos de elección


Ese día, 23 de Marzo de 1994 pudo haber sido uno más para este su humilde servidor. Un día común en el que llegué desde temprano a la escuela para hacer mi servicio social (aunque en realidad me la pasaba cortejando a una mujer que jamás me dijo que sí) y preparándome para mis clases del turno vespertino en el viejo CBTis 133.  Ya a esas alturas, quinto semestre si no recuerdo mal, comenzaba a dejar de ser el nerd que siempre era gracias a mi banda que comenzaba a pervertirme más. Sin embargo, ese día, cuando llegué a casa me topé con esa noticia que provocaría tantos cambios en mi vida y en la de todos los de mi generación. Ese día, aproximadamente a las 7 de la noche habían matado a Colosio. Yo estaba por cumplir 17 años.

Cómo a todos los mexicanos la noticia realmente me tomó de sorpresa. Se podía ver que Colosio no terminaba de convencer a la gente, aunque estaba más que descontado que él sería presidente por una sencilla razón: era el candidato del PRI. Aún así se podía percibir que el candidato del PAN, Diego Fernández de Ceballos, ganaba más y más apoyo, incluso más que el candidato del PRD y para todos ganador de la elección de 1988, el sempiterno Cuauhtémoc Cárdenas. El clima político tenía su dosis de incertidumbre a pesar de que el resultado era inamovible. Habíamos vivido ya tanto con esa situación que era utópico imaginar algo diferente. Hasta ese día que todo lo cambió.

Al día siguiente mi profesor de Historia Política y Económica de México (creo que así se llamaba la materia) nos pidió que escribiéramos lo que pensábamos sobre el caso y qué consecuencias tendría en el país. Creo que esa fue la primera vez que me ponía a pensar seriamente en una cuestión política y en cierta manera me hizo voltear a ver la situación de mi país. Lo que escribí quizá no fue algo bueno (si con 35 siento que no escribo bien, imaginen a los 16) si me permitió investigar y acercarme a leer cosas sobre la historia de México y especialmente sobre el Priismo. Desde ese momento decidí que una vez que tuviera una credencial de elector en mis manos jamás le daría un voto al PRI.

La cuestión del por qué lo mataron para mi no es un misterio. Mucha gente ve a Colosio como un martir de la democracia que murió por enfrentarse al poder maligno de Salinas y el partido. Para mi eso es una romantización de las cosas, porque al fin y al cabo Colosio era una gente del partido que tuvo la mala fortuna de querer tomar el poder por sí sólo sin permitir el nuevo maximato salinista. Algo así no era compatible con esos planes y al final terminó pagandolo con su vida.

Todo esto viene a cuento gracias a la película que acabo de ver, "Colosio", dirigida por Carlos Bolado. La película no es mala a pesar de que es una ficción al rededor de los hechos reales. No trata de inventar el hilo negro y en prácticamente todo momento se apega a las investigaciones. Claro, es muy probable que tenga toda la intención de provocar polémica en estos tiempos electorales, pero al final los hechos allí están y prácticamente todo el mundo lo sabe. Lo que yo no alcanzo a comprender es que la gente siga teniendo como opción al PRI a pesar de que la historia habla por sí misma y cualquier persona con un poco de cultura sabe de lo que el otrora partido en el poder sabía hacer.

Colosio se me hace muy recomendable no sólo por la historia en sí, sino porque al menos en mi caso me hizo recordar ese suceso que en cierta manera me hizo ver las cosas de manera distinta y refuerza mi idea de impedir a toda costa que ese partido regrese al poder.

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