Ese día, 23 de Marzo de 1994 pudo haber sido uno más para
este su humilde servidor. Un día común en el que llegué desde temprano a la
escuela para hacer mi servicio social (aunque en realidad me la pasaba
cortejando a una mujer que jamás me dijo que sí) y preparándome para mis clases
del turno vespertino en el viejo CBTis 133. Ya a esas alturas, quinto semestre si no
recuerdo mal, comenzaba a dejar de ser el nerd que siempre era gracias a mi
banda que comenzaba a pervertirme más. Sin embargo, ese día, cuando llegué a
casa me topé con esa noticia que provocaría tantos cambios en mi vida y en la
de todos los de mi generación. Ese día, aproximadamente a las 7 de la noche
habían matado a Colosio. Yo estaba por cumplir 17 años.
Cómo a todos los mexicanos la noticia realmente me tomó de
sorpresa. Se podía ver que Colosio no terminaba de convencer a la gente, aunque
estaba más que descontado que él sería presidente por una sencilla razón: era
el candidato del PRI. Aún así se podía percibir que el candidato del PAN, Diego
Fernández de Ceballos, ganaba más y más apoyo, incluso más que el candidato del
PRD y para todos ganador de la elección de 1988, el sempiterno Cuauhtémoc
Cárdenas. El clima político tenía su dosis de incertidumbre a pesar de que el
resultado era inamovible. Habíamos vivido ya tanto con esa situación que era
utópico imaginar algo diferente. Hasta ese día que todo lo cambió.
Al día siguiente mi profesor de Historia Política y
Económica de México (creo que así se llamaba la materia) nos pidió que
escribiéramos lo que pensábamos sobre el caso y qué consecuencias tendría en el
país. Creo que esa fue la primera vez que me ponía a pensar seriamente en una
cuestión política y en cierta manera me hizo voltear a ver la situación de mi
país. Lo que escribí quizá no fue algo bueno (si con 35 siento que no escribo
bien, imaginen a los 16) si me permitió investigar y acercarme a leer cosas
sobre la historia de México y especialmente sobre el Priismo. Desde ese momento
decidí que una vez que tuviera una credencial de elector en mis manos jamás le
daría un voto al PRI.
La cuestión del por qué lo mataron para mi no es un misterio. Mucha gente ve a Colosio como un martir de la democracia que murió por enfrentarse al poder maligno de Salinas y el partido. Para mi eso es una romantización de las cosas, porque al fin y al cabo Colosio era una gente del partido que tuvo la mala fortuna de querer tomar el poder por sí sólo sin permitir el nuevo maximato salinista. Algo así no era compatible con esos planes y al final terminó pagandolo con su vida.
Todo esto viene a cuento gracias a la película que acabo de
ver, "Colosio", dirigida por Carlos Bolado. La película no es mala a
pesar de que es una ficción al rededor de los hechos reales. No trata de
inventar el hilo negro y en prácticamente todo momento se apega a las investigaciones.
Claro, es muy probable que tenga toda la intención de provocar polémica en
estos tiempos electorales, pero al final los hechos allí están y prácticamente
todo el mundo lo sabe. Lo que yo no alcanzo a comprender es que la gente siga
teniendo como opción al PRI a pesar de que la historia habla por sí misma y
cualquier persona con un poco de cultura sabe de lo que el otrora partido en el
poder sabía hacer.
Colosio se me hace muy recomendable no sólo por la historia
en sí, sino porque al menos en mi caso me hizo recordar ese suceso que en
cierta manera me hizo ver las cosas de manera distinta y refuerza mi idea de
impedir a toda costa que ese partido regrese al poder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario