martes, 5 de junio de 2012

Prostitutas, Profetas e Historias


Siguiendo con este ejercicio, pongo aquí otros cuatro libros más. Mientras más recuerdo mis lecturas más libros me gustaría poner. Me voy dando cuenta que cada libro me ha dado algo para mi vida, bueno o malo, por lo que discriminar a unos sobre otros se me hace en cierta forma injusto. Debo limitar la lista, pero tratare de abarcar los más que pueda. Vamos pues.

"Dijo Almitra: Háblanos del Amor.

Y él levantó la cabeza, miró a la gente y una quietud descendió sobre todos.
Entonces, dijo con gran voz:

Cuando el amor os llame, seguidlo.
Y cuando su camino sea duro y difícil.
Y cuando sus alas os envuelvan, entregaos. Aunque la espada entre ellas escondida os hiriera.
   Y cuando os hable, creed en él. Aunque su voz destroce nuestros sueños, tal como el viento norte devasta los jardines."

El Profeta - Khalil Gibrán

Una de las cosas que más me llamaron la atención de El Profeta es la forma en la que hace su propia interpretación de los valores humanos más básicos. Las series de consejos que nos da podrían parecer la cosa más simple y conocida del mundo pero justo allí radica la belleza de este libro, nos habla de forma tan clara que parece imposible que no hayamos pensado así antes. Sin la menor pretensión de crear un libro religioso, Khalil Gibrán nos va adentrando en una serie de frases llenas de espiritualidad pero al mismo tiempo llenas de sentido práctico, cosas que no son sino las que la experiencia de alguien que ha amado o ha trabajado o ha sufrido mucho en esta vida y que todo eso lo ha ido acumulando por años.

Creo que la mejor forma de disfrutar este libro y de reflexionarlo es leerlo sin ninguna pretensión de autoayuda o superación personal o religiosa. Me he encontrado varias veces con autores que tratan de "reflexionar" sobre el contenido o el "mensaje" del libro y terminan en desvirtuar completamente la belleza del texto. Este es uno de esos libros que hay que gozarlo como lo que es: una obra de arte; en la que cada quién sacará conclusiones o enseñanzas según la experiencia personal. Parafraseando a Wilde cuando dice qué el arte que no es inútil no es arte, debemos aproximarnos a El Profeta por su valor estético y nada más. El resto es cuestión de cada quién.


Originalmente leí El Profeta en una edición vieja de la obra completa de Khalil Gibrán. El que les muestro en la foto es uno de mis mejores ejemplos de cuando el libro es un objeto de arte en sí mismo. Es una edición muy hermosa, ilustrada y cuidada en todos sus detalles. Desde que lo sostienes en sus manos y palpas el material de la portada quedas prendado de él. Leer un libro así es una experiencia en todos los sentidos.










"'Si me asiste el derecho de poner nombre a las cosas por mí descubiertas, lo llamaré Amor o Placer de Venus', apuntó Mateo Colón..."

El anatomista - Federico Andahazi

Hay varias cosas que he aprendido en este asunto de comprar libros y es que en cualquier lugar, incluso en el puesto callejero más insignificante puedes encontrar verdaderos tesoros. Uno de los primeros, sino es que el primero de ellos fue justamente El Anatomista. Lo compré en el tianguis que religiosamente se pone todos los sábados afuera de casa de mis padres y hasta donde recuerdo fue prácticamente un regalo (creo que me costó unos 20 pesos) y desde la primera página me atrapó. Es de los muy contados casos en que una vez terminado el libro lo volví a leer de nuevo de inmediato.





Más allá de las posibles suspicacias que provocaré, el tema es por demás interesante y la forma de narrarla se me hizo suprema. El libro narra las desventuras del anatomista italiano Mateo Colón, el cual muestra al mundo su descubrimiento, su "América", su tesoro: El clítoris. En su búsqueda por conquistar el amor de una prostituta, Mateo aplica todos sus conocimientos para encontrar la llave de la puerta del esquivo corazón femenino, y cuando cree haberlo encontrado provoca una conmoción tan grande que cambiará muchas cosas y vidas.

Mi viejo tesoro encontrado en el tianguis sigue conmigo acompañándome. Es un libro por demás raro ya que se encuentra descatalogado y sólo lo he vuelto a ver otra vez en un montón de libros viejos en una feria del libro. Como anécdota el pobre libro tuvo que soportar valientemente la censura materna debido a las generosas carnes de la beldad de la portada. No podía ser de otra manera, el libro tenía que soportar algo muy parecido a lo que cuenta en su interior.


“Hay que seguir, voy pues, a seguir”.

El innombrable - Samuel Beckett

Leer a Samuel Beckett es todo un reto. Incluso la palabra "leer" puede quedar algo corta debido a que más que una historia típica y coherente sus libros están compuestos por reflexiones rápidas y muchas veces inconexas con el resto del texto. Creo que justo eso es lo que hizo quedar prendado de Beckett, ya que mis procesos mentales son muy semejantes a su forma de escribir. Lo conocí primero por sus obras de teatro "Fin de Partida" y su clásico "Esperando a Godot". Fueron mis principales compañeros en las tardes aburridas de la universidad cuando no tenía nada que hacer durante mi servicio profesional, así que pude dedicarle el tiempo necesario para leer y tratar de seguir sus pasos.





El innombrable no tiene una línea definida, no tiene una historia propiamente dicha. Es una serie de reflexiones, de frases, de pensamientos veloces que van saliendo de la mente del "protagonista". Podríamos decir que es una especie de monólogo de alguien que está en un momento de desesperación. No sabe qué hacer, trata de darle un significado a algo que está ocurriendo en su vida, intenta desmenuzar sus mismos pensamientos sin lograr más que enredarse más en su mente y sus ideas. El final para mi es de las cosas más sublimes que he leído y ha sido una de esas frases que me acompañan durante los momentos más difíciles. La decisión final de seguir a pesar de que ya no existen ni las fuerzas ni la voluntad de hacerlo mas que ser un signo de resignación y conformismo es para mí la señal de que a pesar de tener todo en contra siempre se debe afrontar las cosas.

Este libro es uno de esos muy contados casos que lo leí primero en formato electrónico. Si de por sí es difícil para mí leer en una computadora leer a Beckett así debería tener valor curricular. El libro que tengo lo compré en una venta nocturna de alguna librería y lo hice sólo por el hecho de tenerlo aunque no lo he releído completo en él sino sólo algunos pasajes. Espero dedicarle el tiempo que se merece pronto.

"Estás a punto de empezar a leer la nueva novela de Ítalo Calvino, Si una noche de invierno un viajero. Relájate. Recógete. Aleja de ti cualquier otra idea. Deja que el mundo que te rodea se esfume en lo indistinto. La puerta es mejor cerrarla; al otro lado siempre está la televisión encendida. Dilo en seguida, a los demás: "¡No, no quiero ver la televisión!" Alza la voz, si no te oyen: "¡Estoy leyendo! ¡No quiero que me molesten!" Quizás no te han oído, con todo ese estruendo; dilo más fuerte, grita: "¡Estoy empezando a leer la nueva novela de Ítalo Calvino!" O no lo digas si no quieres; esperemos que te dejen en paz."

Si una noche de invierno un viajero - Ítalo Calvino

De mi viaje a Europa traje muchísimas cosas: experiencias, recuerdos, lecciones, sanación y, una de las principales, libros. Me fui con una enorme mochila en el viaje y regresé con dos enormes mochilas, una de las cuales llegó a casa repleta de todos los libros que compré durante el viaje. El lugar donde más lo disfrutamos y que de hecho fuimos específicamente a eso fue Barcelona. Mientras paseábamos Vanesa y yo por los estantes, quisimos cada uno recomendarle al otro un libro. Creo que yo le recomendé "La Broma" de Milan Kundera y ella me recomendó "Si una noche de invierno un viajero". Creo que hasta ahora no le he agradecido como es debido que lo hubiera hecho.

Desde que lo comencé a leer en el tren rumbo a Ámsterdam hasta que lo terminé no pude separarme de él y en todo momento sentí que estaba frente a una de esas cosas que te llenan en todos los sentidos. De hecho puedo decir que ha sido el último de los libros que me ha emocionado al grado de declararlo uno de los mejores que he leído en mi vida.





La historia empieza de una forma muy sencilla pero muy original. Un lector entra como acostumbra a una librería a buscar qué leer y se topa con el nuevo libro de Ítalo Calvino llamado (así es) "Si una noche de invierno un viajero". El lector se interesa por él, lo lleva a casa y cuando comienza a leerlo se da cuenta que el libro que compró está defectuoso. De esta manera empieza una trama que increíblemente nos va atrapando en diferentes historias, ya que el lector al llevar el libro a cambiar se topa con que la nueva copia que le dan es un libro completamente diferente. Entonces se queda con "Si una noche.." a medias y comienza otra historia, la cual como buen lector comenzó a leer pero no puede dejar de parar. El asunto de las historias truncas se repite una y otra vez, al grado que pareciera que ficción y realidad se funden al grado de no saber si el lector es realmente el lector o es el personaje de otra novela que está sucediendo en ese momento.

La cuestión es más fácil de leer que de explicar. Pero sin lugar a dudas es un libro con el que de inmediato te relacionas, con el que te identificas completamente, y su magia radica en terminas tu mismo viéndote como el lector de la novela. Además de estar maravillosamente escrito, con un final sorprendente e inesperado, pero sobre todo con ese capítulo inicial donde habla de los preparativos para leer un libro donde sinceramente uno no puede dejar de reír con todas las coincidencias que uno encuentra.

La edición de Siruela que tengo es doblemente valiosa para mí, no sólo por el hecho de ser uno de esos libros Europeos, sino porque es un referente que me acompañó en la última parte de mi viaje y de hecho en la más difícil: el regreso. Creo que leer algo como esto hizo más llevadera la tristeza de regresar y el tránsito para regresar a la rutina. De no haber tenido esto a mi lado, no creo que hubiera resistido tan bien la nostalgia. Quizá Vanesa en toda su sabiduría lo sabía y por eso puso este libro en mi camino.

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