Un día como hoy, pero del ya remoto 2010 empecé con este asunto. En esos momentos aún estaba desorientado, triste, muy lastimado pero con la certeza de que podría poco a poco levantarme. Me sentía ante todo esperanzado en que había recuperado la que para mí siempre fue la mejor forma de expresar mis sentimientos: escribiendo.
Las cosas han cambiado desde la última vez que rodó el mundo. De cuando escribí esa primera entrada a la fecha me he convertido en una persona independiente, que ha aprendido a arreglárselas sólo en prácticamente todos los aspectos de una vida. He cumplido metas y sueños, no he podido hacer otras, me he sentido alegre, me han decepcionado, he llorado a veces por la soledad que me invade para después comprenderla y agradecerla de muchas formas. He viajado, quizá no tanto como me gusta. Me he abierto a muchas cosas que antes no haría y he tratado de gozar más las que ya hacía.
Aún tengo leves fantasmas del pasado acosándome, pero su presencia ya no causa estragos. Al contrario, comienza a arrancarme ciertas sonrisas, o corajes, o hasta alegría y gracia de ver el estado en el que me encontraba y compararlo con mí ser actual. Quizá me he vuelto más huraño y tosco que antes, pero al mismo tiempo he socializado aún más. He conocido gente increíble y he hecho grandes y geniales amistades. Creo que eso es lo que me ha dejado más satisfecho y contento en este tiempo. Poder encontrar gente con gustos afines, que comparta una canción de nuestro grupo favorito o una buena botella de vino. Que su plática sea interesante y que tengamos nuestras diferencias y que tengan el cariño suficiente como para hacerme ver mis errores.
Las cosas han cambiado, creo que para bien. Me puedo dar por satisfecho por lo que cabe a este año de escritura, pero no me puedo conformar con las metas a las que he llegado. Me falta más. Necesito más. Y creo que mientras conserve las ganas de seguir conociendo nuevas cosas y nuevas personas y no me estanque en la comodidad de lo conocido podré decir que puedo seguir creciendo.
Y gracias a todos los que de alguna inexplicable forma son lectores asiduos de este experimento burdo de escritura. A todos los que me han dado sus críticas y comentarios. No saben lo que significa para mi saber que dedican un rato de su tiempo a leer las tonterías que salen de esta cabecita loca. Así como en un principio, todos siguen siendo bienvenidos y les agradezco por ser compañeros de viaje en esta aventura de letras electrónicas.
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