jueves, 17 de noviembre de 2011

Un año

Un día como hoy, pero del ya remoto 2010 empecé con este asunto. En esos momentos aún estaba desorientado, triste, muy lastimado pero con la certeza de que podría poco a poco levantarme. Me sentía ante todo esperanzado en que había recuperado la que para mí siempre fue la mejor forma  de expresar mis sentimientos: escribiendo.

Las cosas han cambiado desde la última vez que rodó el mundo. De cuando escribí esa primera entrada a la fecha me he convertido en una persona independiente, que ha aprendido a arreglárselas sólo en prácticamente todos los aspectos de una vida. He cumplido metas y sueños, no he podido hacer otras, me he sentido alegre, me han decepcionado, he llorado a veces por la soledad que me invade para después comprenderla y agradecerla de muchas formas. He viajado, quizá no tanto como me gusta. Me he abierto a muchas cosas que antes no haría y he tratado de gozar más las que ya hacía.

Aún tengo leves fantasmas del pasado acosándome, pero su presencia ya no causa estragos. Al contrario, comienza a arrancarme ciertas sonrisas, o corajes, o hasta alegría y gracia de ver el estado en el que me encontraba y compararlo con mí ser actual. Quizá me he vuelto más huraño y tosco que antes, pero al mismo tiempo he socializado aún más. He conocido gente increíble y he hecho grandes y geniales amistades. Creo que eso es lo que me ha dejado más satisfecho y contento en este tiempo. Poder encontrar gente con gustos afines, que comparta una canción de nuestro grupo favorito o una buena botella de vino. Que su plática sea interesante y que tengamos nuestras diferencias y que tengan el cariño suficiente como para hacerme ver mis errores.

Las cosas han cambiado, creo que para bien. Me puedo dar por satisfecho por lo que cabe a este año de escritura, pero no me puedo conformar con las metas a las que he llegado. Me falta más. Necesito más. Y creo que mientras conserve las ganas de seguir conociendo nuevas cosas y nuevas personas y no me estanque en la comodidad de lo conocido podré decir que puedo seguir creciendo.

Y gracias a todos los que de alguna inexplicable forma son lectores asiduos de este experimento burdo de escritura. A todos los que me han dado sus críticas y comentarios. No saben lo que significa para mi saber que dedican un rato de su tiempo a leer las tonterías que salen de esta cabecita loca. Así como en un principio, todos siguen siendo bienvenidos y les agradezco por ser compañeros de viaje en esta aventura de letras electrónicas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario